Factores de riesgo
Ambientales: factores externos, lluvias, inundaciones, terremotos,
tormentas, rayos, suciedad, humedad, calor, entre otros.
Tecnológicos: fallas de hardware y/o software, fallas en el aire
acondicionado, falla en el servicio eléctrico, ataque por virus informáticos,
etc.
Humanos: hurto, adulteración, fraude, modificación, revelación, pérdida,
sabotaje, vandalismo, crackers, hackers, falsificación, robo de contraseñas,
intrusión, alteración, etc.
La amplia variedad de amenazas
que afectan a los equipos informáticos siempre se cristalizan en una única
consecuencia: el sistema deja de funcionar.
La paralización del sistema puede
conllevar otro impacto aún mayor: la destrucción o desaparición de la
información almacenada, que muchas veces es casi imposible de recuperar, o lo
es con unos costos muy elevados.
Entre los diversos riesgos
podemos examinar los siguientes:
Obsolescencia de los soportes de almacenamiento
La rápida evolución de las tecnologías de almacenamiento (tarjetas perforadas, cintas magnéticas, casetes, discos magnéticos, discos compactos, etc.) implica que, al pasar el tiempo, la información grabada en un determinado soporte sea prácticamente irrecuperable al no disponerse de los periféricos de lectura adecuados. El trasvase de ingentes cantidades de información de un tipo de soporte a otro implica una gran cantidad de tiempo de sistema y elevados costes económicos, por lo que muchas veces no se hace.
Amenazas naturales
Las instalaciones de procesos de datos se encuentran sometidas a todo tipo de amenazas y catástrofes (terremotos, riadas, tormentas, incendios, etc.) que pueden provocar la interrupción del funcionamiento y, en muchos casos, la destrucción del sistema. Las estadísticas indican que un elevado número de empresas u organizaciones que han tenido un incidente de seguridad de este tipo han quebrado o desaparecido en un breve lapso de tiempo.
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